Forjando Leyendas: El Reino de los Sueños (2024)

Nota: Todo el contenido de esta entrada forma parte de la Historia Viviente de la Expansión Secrets Of The Obscure, si aún no sabes qué va a pasar, todo ello podría spoilearte.

Tras la victoria en parte amarga, la niebla tóxica que bloqueaba el camino más allá de la Puerta de Heitor se disipó. Por fin podíamos de nuevo avanzar.

Era el momento de hacer un Consejo de Guerra y de reunirme con todos en el Campamento del Resguardo Astral en el Interior de Nayos. Me indicaron que debería hablar con algún tipo de amigo de Isgarren… aunque realmente me dijeron que era su mascota. Bueno, yo tengo mascotas quizás sea algo parecido.

El misterioso animal resultó ser Galrath que estaba bastante molesto con toda la situación creada porque Isgarren se había negado a ofrecer todo el apoyo del Resguardo Astral en esta guerra contra Epach, porque aún se estaban recuperando de todo lo acontecido, incluido los ataques kryptis a Amnytas y que la batalla que estábamos llevando era de Peitha y no podían arriesgarse tanto. Aún así, Isgarren permitiría que voluntarios que lo desearan se reunieran con Peitha en la lucha y si seguíamos obteniendo victorias, Isgarren tendría mayor apoyo en la Sala Astral con el resto de brujos.

Peitha propuso entonces su plan. Necesitábamos localizar y persuadir a un poderoso estratega, un héroe para los kryptis: el General Nephus. Nos explicó que este general era el segundo al mando de Eparch y no estaba muy de acuerdo con las formas de su rey, y de su reina, Labris, que gobernaba al pueblo. Nephus inspiraba a los suyos y no estaba de acuerdo con las ejecuciones perpetradas por la reina. debido a su comportamiento, había sido enviado al exilio, y ahora vivía entre los plebeyos de Nayos Interior. Si lográbamos convencer a Nephus de unirse a la causa movería masas a una rebelión contra el Rey de la Medianoche, pero teníamos que atacar primero a Epach.

Teníamos un plan, así que acompañé a Arina a reunirse con los voluntarios de la Guardia Astral. Reconocí entre ellos a Emund que se encargó de reunir las tropas y lo mejor, Frode era quien los dirigía. Se reunía pues con su hija Arina en esta contienda.

Tras pasar revista a las tropas les dejé algo de intimidad para que pudieran hablar entre ellos. En poco tiempo iríamos a Nayos Interior y debíamos estar preparados para todo.

La primera zona a la que accedimos es la conocida como Neydra, donde tuvimos que abrirnos paso luchando contra leales de Eparch y provocando distracciones mientras Ramses se infiltraba en la zona en pos de encontrar a Nephus. Mientras esperaba noticias, Galrath se puso en contacto conmigo, necesitaba una reunión urgente en el Vicac de la Vanguardia.

Fue allí donde me informó de la existencia de antiguos artefactos. Estaba convencido de que podrían ser útiles en la lucha contra los kryptis, así que me propuso localizarlas.

Tuve que moverme por toda Neydra para localizar y reunir los objetos. Cuando se los devolví aseguró ponerse de inmediato a estudiarlos. Espero que también sirva para convencerle a él y a Isgarren de que la causa merece la pena.

Ramses por fin se puso en contacto conmigo; sus exploradores habían localizado al general Nephus en algún lugar de la propia Nyedra. Era importante conseguir hablar con él.

Pude reunirme con Ramses en las afueras de Neydra. Tras acceder a los lugares y templos donde se escondían los Kryptis nos enfrentamos a ellos en la zona. Al final pudimos reunirnos con Peitha para seguirla hacia el último lugar donde el general había sido visto. En lo más profundo de la ciudad, aparecieron más guardias que esperaban poder detenernos, pero eran leales a Nephus. Justo cuando la batalla parecía que iba a decidirse, el general apareció de entre las sombras.

El general parecía tranquilo y aseguró que él no estaba en peligro, al revés… era Peitha la que debía preocuparse por su seguridad. Se negó a ir a ningún lado y que le fuera dada la oferta por su parte y que decidiría allí mismo al respecto. Y curiosamente Peitha aprovechó a la multitud para dejar claro que los habitantes de Nyedra debían tomar cartas en el asunto, y unirse a la lucha. Por desgracia, uno de los guardias de Nephus dio la alarma: la reina Labris y sus guardias acababan de llegar. La tensión se palpaba en el ambiente. Pensé que se liaría allí mismo pero el general en un intento de proteger a su pueblo les pidió que no tomaran las armas contra las fuerzas reales. Y nadie se movió. Asi que Peitha, Ramses y yo mismo acabamos repeliendo el ataque iniciar de la reina Labris. La batalla quedó en punto muerto así que la reina pidió a sus tropas que se retiraran y propuso un encuentro con Nephus. Por gin este aceptó. La reina entonces hizo su apuesta: a cambio de entregarnos a Peitha, a Ramses y a mi bajo su custodia, Nephus sería libre en Nyedra y ni ella ni el rey Epach le perseguirían. En principio pensé que aceptaríapero… parece que la propuesta sólo le enfadó más. En ese mismo momento juró lealtad a Peitha y renunció a ser fiel a Labris y a Eparch. La guerra había sido declarada.

La suerte estaba echada. La reina Labris lanzó a sus guardias y nosotros nos defendimos. Tardamos en hacernos con el control pero al ver que no podía hacer nada Labris se escabulló con su guardia de élite.

Habíamos ganado, o eso creía hasta que Peitha agradeció la ayuda al general y este furioso aseguró que se había visto forzado a aquella posición. Desafió entonces a Peitha a que compensara la violencia y la miseria que su hermano y su tío habían provocado. Quiso una compensación y supongo que tendremos que hacer algo al respecto. Pero de momento, la guerra será inevitable hasta que la reina caiga.

Forjando Leyendas: El Reino de los Sueños (1)

Me reuní con Nephus a las afueras de la Marcha de Marearrasa, un lugar sagrado para la reina Labris y que ahora ella usaba como base de ataques e intrusiones. Aunque el general había tratado por todos los medios de no intervenir para apoyar ningún bando, ver como toda esta situación ponía en peligro a los suyos cada vez le ponía en una situación peor. Pero también era una oportunidad única de acabar con Labris y sus fuerzas.

Peitha, Arina y Ramses fueron enviados a atacar la posición de la reina por los flancos mientras él y yo nos encargábamos de afrontarla de frente. Un ataque directo y contundente esperando debilitarla. El general se veía muy seguro porque en la antigüedad ya había luchado de la misma forma. Alcanzamos los muros de la catedral de Marcha de Marearrasa y allí nos reagrupamos todos eliminando a las defensas de Labris. Se la notaba arrinconada, y aún así seguía desafiándonos. Insinuó que Peitha acabaría llevando a los kryptis a la extinción y que Nephus no era suficientemente fuerte para ganar y motivar a los suyos.

Tras una señal de Peitha atacamos con todo a Labris… que aunque se defendió acabó perdiendo. El general fue implacable ordenando su muerte. Pero Peitha no se lo iba a permitir. Se negó a esta opción, ella podía servirle a sus propósitos. Era el momento de demostrar a su pueblo que Labris y Eparch podían ser derrotados y ella alzarse en el reino. Pero para ello tendría que convencernos.

Forjando Leyendas: El Reino de los Sueños (2)

Su propuesta fue simple, llevar a la reina Labris al Coliseo del Rey de Medianoche y mostrarle a los kryptis el poder de una rebelión. Nephus en principio no se opuso, siempre y cuando todos estuviéramos allí. Para ello, necesitaba que buscara a Tecla el Venerable, un anciano kryptis con mucho poder. Era conocedor de una serie de balizas en todo Nayos Interior, y que activándolas nos serviría para reunir a todo en el Coliseo consiguiendo así una gran audiencia de los suyos.

Por ello me moví por toda la región buscando las balizas para poder activarlas mientras Peitha y los aliados se dirigieron a Nyedra para llevar a la cautiva Labris.

Para cuando llegué al coliseo todo el lugar estaba repleto de krytis que habían acudido a la llamada. Peitha mostraba a la reina caída a los suyos. Su mensaje fue claro, era posible derrotarlos y ella estaba dispuesta a mostrar misericordia a los vencidos algo que ellos no hacían.

Una vez se acabó el discurso, el lugar pareció temblar. Se abrió una grieta gigantesca en el Velo. La voz de Eparch que sin duda presenciaba todo, resonó en el coliseo. El rey de Medianoche junto a una bestia antigua hicieron aparición. Allí aseguró que su sobrina era débil y no estaba dispuesto a aceptar lo que estaba ocurriendo. Sólo tuvo una propuesta: si liberábamos a Labris, Tyria se salvaría y se le permitiría a Peitha vivir allí exiliada.

Aquella propuesta dio pie a la reina que no iba a permitir que que fuera usada como moneda de cambio. Sin previo aviso se sacrificó allí mismo, volcando su esencia en su amado rey. De un solo golpe todo había cambiado. La multitud estalló. Una parte declararon lealtad a Peitha, otros a Eparch, y muchos otros sencillamente huyeron temiendo lo peor. Ni el rey podía creer que la reina se hubiera sacrificado de esta manera. Ante aquello solo sintió una terrible ira que le hizo asegurar que devoraría a todo aquel que se opusiera a él desafiando así a Peitha, a una confrontación en la Ciudadela de Zakiros.

El plan de conseguir un ejército gracias a tener a la reina Labris bajo control se había ido al traste. Solo podíamos retroceder, reagruparnos y tratar de estudiar como enfocar de nuevo la situación. No estoy convencido de que seamos capaces de invadir la ciudadela fortificada de Eparch y desafiarlo. Tampoco estoy seguro de que El Resguardo Astral nos apoye después de esto. Tyria… mi amada tierra pende ahora de una situación totalmente descontrolada.

Forjando Leyendas: El Reino de los Sueños (2024)

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